Siempre pensé que como seres humanos somos muy indiferentes
y egoístas con la vida, no respetamos nada. Últimamente el mundo va empeorando
y una vez más la realidad supera a la ficción. El Estado Islámico (EI) vende niños secuestrados como si fueran mercancía,
son usados como bombas humanas y esclavos
sexuales, jóvenes menores de 18 años son
crucificados y enterrados vivos, niños de la
secta yazidí o de comunidades cristianas, pero también chiíes y suníes, han
sido víctimas. La manera tan ruin de asesinar no queda ahí, son
expuestos videos de éstos acontecimientos en internet. El EI es conocido como
terrorista; matan personas inocentes por defender su religión y la razón es que
nacen con el fanatismo ya incluido, así son educados. Pero fanatismo o no,
nadie tiene derecho de atentar contra la vida de ningún ser vivo. Es una prueba
más del poco respeto que tenemos entre nosotros.
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